¿CULOMBIANA? CONCHA E´ TUS HUEVAS!

 

¿CULOMBIANA?
CONCHA E´ TUS HUEVAS!

 

Mis cálculos fallaron,
obvie algunos detalles a la hora de seleccionar.
Dicen que no es pertinente tomar decisiones
en momentos de emociones fuertes.

 

 

Sola una persona que me tenía la mala me advirtió que este país estaba en un momento complejo para la migración; que el racismo y la xenofobia afloraban en las calles. En ese momento pensé que me lo decía porque yo no le agradaba, cuestión que manifestaba abiertamente por nuestras radicales diferencias políticas.

Sin embargo, hoy con tristeza, tengo que darle la razón. Son varias las experiencias que necesito relatar, no solo para compartirlas con mis lectorxs sino, sacarlas para que no sigan sumando peso en mi mochila. Pero lo más importante, para hacer archivo a esta memoria abierta: CULOMBIANA es el primer relato de varios que tengo atragantados. 

La sexualización de nuestros cuerpos, el de las mujeres en general y la hipersexualización de el cuerpo de las mujeres negras en específico, es una cuestión normalizada  en “chistes”, la música, el cine, y programas de televisión, entre otras dinámicas culturales.

CULOMBIANA es una expresión que usan algunos hombres chilenos para referirse a las mujeres Colombianas. Su origen se remonta, según mis indagaciones poco rigurosas; a la televisión, las telenovelas y como se ha vendido la imagen de las mujeres Colombianas en el exterior. Pensarán, que a todo le encuentro el pero. PERO, CULOMBIANA es una expresión que me hace recordar la consigna: “no quiero tu piropo, exijo tu respeto”, consigna que durante años me ha acompañado en esta pedagogía feminista transversalizada en mis clases de filosofía, C.política, ética y religión, sí, religiones y ateísmo. Escenarios en los que intento develar y desnaturalizar la violencia sexual manifestada en  acoso, esa misma que se disfraza de halago en los llamados piropos y se justifica porque según algunos, “a las mujeres nos gusta que nos hablen así”, o apelan a los vicios culturales diciendo que: “así es nuestra cultura y tradición”, como si estás ultimas no debieran ser objeto de cuestionamientos, críticas y transformaciones.

“NO QUIERO TU PIROPO EXIJO TU RESPETO”, la usamos para defendernos de expresiones como culombianas, las cuales van cargadas de acoso, sexualización e hipersexualización de nuestros cuerpos. Pero la principal razón que me llevo a la problematización de tal asunto, fue cuando me enteré que: aquí a los hombres  Colombianos se les mira como delincuentes y a las mujeres Colombianas como prostitutas y quizás esto tenga sus matices, porque entre Colombianxs y Venezolanxs, no sé a quién rechazan más, ya que la xenofobia varía gradualmente de acuerdo a la nacionalidad (cosa que merece todo un análisis geopolítico).

¿Prostitutas? ¡Vaya estereotipo! Ahora no solo me miran como migrante, mujer negra, sino también como puta.  Cuando detectan mi acento que por costeño lo confunden con el Venezolano o Cubano, pero después de escuchar con atención logran saber que soy Colombiana, Varias veces me han dicho el “culombiana” y he escuchado de otras compatriotas; académicas y trabajadoras de otros sectores productivos a las que también han rotulado. Al asociar esto con la imagen de prostituta, la expresión se carga más de sentido. En tanto se supone nuestro cuerpo en venta, de acceso fácil e incluso violable: “¿qué más da?, «es una puta»”.

La nacionalidad Colombiana alrededor del mundo le ha tocado cargar con varios estereotipos; que las series de televisión refuerzan: putas, corruptxs, uribistas, paramilitares, narcos y guerrillerxs; por lo menos este último nos reivindica la dignidad ante los otros. De estos estereotipos que escuchamos en las noticias casi a diario, leemos en la prensa o en redes sociales; solo sabemos el costo que tienen cuando somos migrantes en otros países.

CULOMBIANA fue la razón por la que escribí la primera publicación de este blog: Objeto de deseo y no de amor, muy deseable y poco amada. Y no porque me interesara entablar una relación sexual o afectiva con alguien aquí (pues tengo clara la prioridad de mi estadía en este lugar) sino, porque me sentí sobrerotulada: MUJER NEGRA, MIGRANTE, CULOMBIANA= PROSTITUTA. Pero además, analizar tal asunto, me hacía comprender de manera más profunda la intersección entre todas esas rotulaciones que en mi cuerpo negro golpeaban con más fuerza que en cualquier otro.

Cada una de esas rotulaciones con una carga, tanto política, como discriminatoria, con las que nos toca lidiar y luchar, en mi caso no para demostrar que no soy ninguna de ellas, sino, porque esa es la periferia corpórea e ideológica desde la que resisto. Sí, lo que ves en mi reflejo es eso, eso soy, todas en una, aquí estamos. 

Las putas, las brujas, las negras, las indígenas, las campesinas, las lesbianas, las trans, las deseadas y no amadas, aquí estamos, habitando el espacio público, el metro, los bancos, los ministerios, las universidades, la academia y la calle , aquí estamos.

SOY COLOMBIANA, CONCHA E´ TUS HUEVAS!

No porque represente una bandera o una nación, sino porque represento la lucha de un pueblo, sus mujeres y niñas, las campesinas y negras de mi pueblo a quienes  las oportunidades fueron  negadas, pero aquí estamos, resistimos y nos quedamos, aunque nuestra presencia resulte corrosiva para las lógicas androcéntricas instauradas, aquí estamos armando la manada para desmontarlas.

 

                                                                                                                  P E T R I C O R

 

 

 

 

Escribo para no morir atragantada y presa de esta ira.

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